Familias al límite en un año de tensiones económicas
Las ejecuciones hipotecarias se disparan un 21,4% en Murcia en 2024
El Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló este jueves que las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas en la Región de Murcia subieron un 21,4% en 2024, alcanzando las 12.655, con 10.713 afectando a personas físicas. Este incremento, que rompe con la tendencia nacional de descenso (-3,8%), pone de relieve las dificultades de los hogares murcianos ante el encarecimiento de las hipotecas y la inflación, un cóctel que amenaza con agravar la situación en el próximo año.

La Región de Murcia cerró el año 2024 con un incremento del 21,4% en las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas, un dato que refleja las dificultades económicas que atraviesan muchas familias murcianas en un contexto de inflación persistente y encarecimiento del coste de vida. Según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se iniciaron 12.655 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas en la región a lo largo del año, de las cuales 10.713 afectaron a personas físicas, evidenciando que el impacto recae principalmente en los hogares particulares.
El aumento, que contrasta con la tendencia nacional de una leve disminución del 3,8% en este tipo de procedimientos (con un total de 20.262 ejecuciones a nivel país), sitúa a Murcia como una de las comunidades más afectadas proporcionalmente. Mientras que las ejecuciones sobre viviendas de personas jurídicas crecieron un 9% (hasta 1.942 casos), las de personas físicas experimentaron una caída del 5,8% respecto a 2023, aunque el volumen absoluto sigue siendo elevado. Este repunte en Murcia, que supera ampliamente la media nacional, pone de manifiesto una vulnerabilidad económica regional que podría estar vinculada al alza de los tipos de interés y al encarecimiento de las hipotecas variables, mayoritarias en España.
A nivel nacional, las comunidades más castigadas por las ejecuciones hipotecarias en términos absolutos fueron Andalucía (839), Cataluña (749) y la Comunidad Valenciana (579), pero Murcia destaca por el crecimiento relativo de estos procedimientos. En el cuarto trimestre de 2024, la región registró 296 certificaciones por ejecuciones hipotecarias, de las cuales 230 correspondieron a viviendas, un dato que refuerza la tendencia al alza observada a lo largo del año. En contraste, comunidades como Navarra (23), La Rioja (60) y Asturias (75) mostraron cifras sensiblemente menores.
El análisis económico sugiere que el incremento en Murcia podría estar influido por varios factores: el impacto de la inflación en los presupuestos familiares, el desempleo estacional en sectores clave como la agricultura y el turismo, y una dependencia significativa de préstamos hipotecarios a tipo variable, cuyos pagos se han disparado tras las subidas de tipos del Banco Central Europeo. A esto se suma la falta de medidas efectivas para proteger a los deudores más vulnerables, un debate que sigue pendiente en el ámbito político.
Pese a este panorama, hay un dato esperanzador: las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales a nivel nacional cayeron un 4% en 2024, situándose en los niveles más bajos desde 2020. Sin embargo, en Murcia, el aumento del 21,4% indica que la región no ha logrado beneficiarse de esta tendencia positiva. Los expertos advierten que, sin políticas específicas de apoyo a las familias y una moderación en los costes financieros, el problema podría agravarse en 2025, especialmente si persisten las presiones inflacionistas.
En el lado opuesto, la firma de hipotecas en Murcia mostró un crecimiento del 8,5% en 2024, con 12.129 nuevos préstamos, lo que sugiere una paradoja: mientras más familias acceden a financiación para adquirir viviendas, otras tantas enfrentan serias dificultades para mantenerlas. Este contraste pone en cuestión la sostenibilidad del modelo económico regional y la necesidad urgente de estrategias que equilibren el acceso a la vivienda con la protección frente al sobreendeudamiento.
La Región de Murcia, pues, se encuentra en una encrucijada. El incremento de las ejecuciones hipotecarias no solo refleja una coyuntura económica adversa, sino que también lanza una advertencia sobre la fragilidad de muchos hogares ante shocks financieros. Las autoridades regionales y nacionales deberán actuar con rapidez para evitar que este repunte se traduzca en una crisis social más profunda.