Debate entre Progreso y Recuerdo en Murcia
El Ministerio de Memoria Democrática Paraliza el Derribo del Muro de la Cárcel Vieja

En una decisión que ha resonado en los círculos de patrimonio y memoria histórica, el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática ha ordenado la inmediata paralización del derribo de los muros perimetrales de la Cárcel Vieja de Murcia. Este edificio, emblemático de la represión durante la dictadura franquista, se encuentra en proceso de ser declarado Lugar de Memoria Democrática, lo que ha precipitado la intervención ministerial.
La orden de paralización llegó tras una serie de demandas y denuncias por parte de asociaciones y colectivos preocupados por la integridad histórica y cultural del inmueble. La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha sido una de las voces más activas, presentando requerimientos al Ministerio desde agosto y diciembre de 2024 para detener el proyecto de derribo que el Ayuntamiento de Murcia tenía previsto.
La Cárcel Vieja, construida en la década de 1920 y finalizada en 1927, es reconocida no solo por su valor arquitectónico sino también por su significancia histórica, habiendo sido escenario de la represión política durante el franquismo. El proyecto del Ayuntamiento, financiado parcialmente con fondos europeos, pretendía no solo derribar los muros exteriores sino también convertir el espacio en una zona comercial, algo que ha sido criticado por desvirtuar el propósito de memoria y conservación.
El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, en una carta dirigida al Ayuntamiento, ha instado a "el cese inmediato" de los trabajos de demolición, citando la "necesaria perdurabilidad de elementos que pueden ser indispensables para el inmueble declarado como Lugar de Memoria Democrática". Esta decisión se basa en la resolución del 24 de junio de 2024, cuando se inició el procedimiento para declarar la antigua prisión como Lugar de Memoria Democrática, bajo la protección de la Ley de Memoria Democrática.
La reacción en la comunidad ha sido variada. Mientras que asociaciones como Huermur y grupos de memoria histórica han celebrado esta medida, considerándola un paso crucial para la conservación del patrimonio y la memoria de las víctimas de la represión, otros sectores han manifestado preocupación por el futuro del proyecto de rehabilitación y su impacto económico previsto para la ciudad.
El Ayuntamiento de Murcia ha respondido a la orden ministerial afirmando que las actuaciones se basaban en un proyecto ganador de un concurso internacional de 2017, subrayando que este incluía la integración del edificio en la vida urbana sin perder de vista su historia. A pesar de esto, el consistorio ha acordado con la Delegación del Gobierno en Murcia detener temporalmente el derribo, a la espera de una resolución final del Ministerio que especifique qué elementos del edificio deben conservarse.
La Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática también ha mostrado interés en el asunto, investigando las intenciones de derribo tras las denuncias presentadas, lo que evidencia la urgencia y la complejidad de este caso que toca fibras sensibles de la memoria democrática española.
Mientras tanto, ciudadanos, activistas y políticos continúan debatiendo sobre cómo balancear el respeto por la memoria histórica con el desarrollo urbano y económico. Lo que está claro es que la Cárcel Vieja de Murcia, con sus muros ahora a salvo de la demolición, seguirá siendo un símbolo de un pasado que muchos buscan no olvidar, mientras se define su futuro en el presente.