La Asamblea Regional de Murcia fue escenario esta semana de un discurso que ha desatado polémica y asombro a partes iguales. Antonio Martínez Nieto, diputado de Vox, aprovechó un debate sobre la posible declaración del cine Rex como Bien de Interés Cultural para lanzar una defensa inesperada del personaje cinematográfico Torrente, interpretado por Santiago Segura, al que calificó como "un antihéroe simpático que simboliza en forma de caricatura lo que muchos españoles honrados y trabajadores piensan". Sus palabras, pronunciadas el pasado martes, han generado una oleada de reacciones que van desde la incredulidad hasta la crítica abierta en redes sociales y medios de comunicación.

El contexto del discurso fue un debate impulsado por Podemos, que buscaba proteger el cine Rex, una sala cerrada desde hace años, como patrimonio cultural. Sin embargo, Martínez Nieto desvió el foco de la discusión hacia una crítica más amplia de la industria cinematográfica actual, a la que acusó de estar "encanallada" y de producir un "arte woke degenerado" que, según él, "funciona como una bomba fétida que vacía las salas, cierra los cines y clausura la cultura". En este panorama desolador, el diputado ultraderechista señaló a Torrente como una excepción positiva, un símbolo de resistencia frente a lo que considera una decadencia cultural promovida por la izquierda.

Torrente, creado por Segura en 1998, es un ex policía corrupto, machista, racista y profundamente zafio que protagoniza una saga de películas cargadas de humor grotesco y sátira. Que un representante político lo eleve a modelo de las aspiraciones de "españoles honrados" ha sorprendido a muchos, dado que el personaje fue concebido como una parodia exagerada de ciertos estereotipos nacionales, no como un ideal a imitar. Martínez Nieto, sin embargo, pareció tomarlo en serio, destacando su popularidad como reflejo de un sentir colectivo que, en su opinión, la industria del cine y las élites progresistas han ignorado.

No es la primera vez que el diputado de Vox, conocido por sus intervenciones contundentes, genera controversia. En esta ocasión, también arremetió contra lo que llamó el "fracaso de la industria" y defendió la necesidad de "un cine nacional que devuelva la ilusión a los españoles para volver a llenar las salas". Además, mencionó el caso de la actriz Karla Sofía Gascón, a quien describió como "perseguida por sus opiniones contra el islamismo que invade y canibaliza las naciones europeas", en un intento de conectar su discurso con temas recurrentes en la retórica de Vox, como la inmigración y la identidad nacional.

Las reacciones no se hicieron esperar. En redes sociales, el fragmento del discurso se viralizó rápidamente, acompañado de comentarios que oscilaban entre el sarcasmo y la preocupación. "Torrente son ellos parodiados y a veces sin parodiar", escribió un usuario en X, mientras otro se preguntaba: "¿Unas pajillas? ¿Es eso lo que los españoles honrados piensan?". Más allá de las bromas, algunos expresaron alarma por la presencia de este tipo de argumentos en las instituciones: "Es tremendamente preocupante ver a tipos como este en instituciones públicas", señaló otro comentario.

Desde la oposición, las críticas han sido igualmente contundentes. Representantes de Podemos y PSOE en la Asamblea acusaron a Martínez Nieto de banalizar el debate cultural y de recurrir a una retórica populista que poco aporta a la protección del patrimonio murciano. "Mientras nosotros hablamos de preservar la memoria colectiva, Vox nos trae a Torrente como solución", ironizó un diputado de la bancada progresista.

El episodio pone de nuevo en el foco la estrategia de Vox de apelar a referencias populares y polémicas para conectar con su base electoral, aunque en este caso el tiro podría haberles salido por la culata. La pregunta que queda en el aire es qué aspectos de Torrente —su grosería, su incorrección política o su desprecio por las normas— ve Martínez Nieto como representativos de esos "españoles honrados y trabajadores". Por ahora, el debate sobre el cine Rex sigue abierto, pero el protagonista inesperado de la jornada ha sido, sin duda, el peculiar antihéroe de Santiago Segura.