El Partido Popular de la Región de Murcia vota en contra del Centro de Día de Calasparra mientras PSOE, Vox y Podemos dan luz verde
El PP de la Región de Murcia vota en contra de la puesta en marcha de un Centro de día en Calasparra

La propuesta para la construcción de un centro de día en Calasparra, destinada a mejorar la calidad de vida de los mayores de esta localidad murciana, ha desatado una polémica tras el rechazo del Partido Popular (PP) en la Asamblea Regional. La moción, presentada inicialmente por el Grupo Municipal Vox en el Ayuntamiento de Calasparra y defendida en el Parlamento autonómico por la diputada María Eugenia Sánchez, fue aprobada gracias al apoyo conjunto de Vox, PSOE y Podemos, dejando al PP como la única fuerza mayoritaria en oposición. Este resultado ha puesto en el foco las prioridades políticas de la región y ha generado un intenso debate sobre las necesidades sociales en los municipios rurales.
El centro de día, un proyecto largamente demandado por la ciudadanía de Calasparra, busca ofrecer un espacio donde los mayores puedan recibir cuidados diurnos, participar en actividades recreativas y sociales, y combatir el aislamiento que afecta a muchas personas de edad avanzada en entornos rurales. Sin embargo, la decisión del PP de votar en contra ha provocado críticas de vecinos y asociaciones locales, que ven en esta negativa una falta de compromiso con las demandas de una población envejecida.
El PP justificó su oposición argumentando que el municipio, con algo más de 10.000 habitantes, no presenta una "demanda suficiente" para justificar la inversión en un centro de día público. Según fuentes del partido, los recursos económicos serían más efectivos si se destinaran a otras áreas prioritarias, como la mejora de infraestructuras o el impulso económico local. Además, sugirieron que las familias y los servicios privados ya cubren las necesidades de atención a mayores en la zona, una afirmación que ha sido duramente cuestionada por los defensores del proyecto.
El portavoz del PP en la Asamblea Regional, Joaquín Segado, defendió esta posición señalando que "no se trata de negar derechos, sino de gestionar con responsabilidad los fondos públicos". Sin embargo, esta visión pragmática no ha convencido a quienes consideran que el envejecimiento de la población murciana requiere medidas urgentes y específicas, especialmente en áreas rurales como Calasparra, donde los servicios sociales son escasos.
Frente al rechazo del PP, la moción encontró un respaldo sólido en Vox, PSOE y Podemos, tres formaciones que, a pesar de sus diferencias ideológicas, coincidieron en la necesidad de dar luz verde al proyecto. Vox, como impulsor de la iniciativa, destacó el carácter "histórico" de la demanda y su importancia para garantizar una vejez digna. "Los mayores de Calasparra no pueden seguir esperando. Este centro es una deuda pendiente que hoy empezamos a saldar", afirmó María Eugenia Sánchez tras la votación.
El PSOE, por su parte, celebró la aprobación como una victoria para las políticas sociales en la región. Su portavoz en la Asamblea, Pepe Vélez, subrayó que "invertir en los mayores es invertir en el futuro de nuestros pueblos". Asimismo, Podemos se sumó al apoyo con un discurso centrado en la justicia social, señalando que el centro de día no solo beneficiará a los usuarios, sino también a las familias que luchan por conciliar el cuidado de sus mayores con sus responsabilidades diarias. "Es una medida de cohesión social que no debería tener color político", afirmó la diputada María Marín.
Calasparra, famosa por su arroz con denominación de origen y su riqueza natural, es un municipio que, como muchos otros en la Región de Murcia, enfrenta los desafíos del despoblamiento y el envejecimiento. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de mayores de 65 años en la zona ha crecido significativamente en la última década, lo que ha incrementado la presión sobre los servicios sociales locales. En este contexto, el centro de día se percibe como una solución doble: un recurso para los mayores y una oportunidad para generar empleo en sectores como la atención sociosanitaria, la limpieza o la gestión administrativa.
La aprobación de la moción en la Asamblea Regional marca el inicio de un proceso que aún tiene varios obstáculos por delante. El siguiente paso será la elaboración de un plan detallado que incluya ubicación, diseño y presupuesto, seguido de la búsqueda de financiación, probablemente a través de los fondos regionales o de posibles partidas estatales y europeas. Aunque la colaboración entre PSOE, Vox y Podemos ha sido clave para superar este primer escollo, la implementación dependerá en gran medida de la voluntad política del Gobierno regional, actualmente liderado por el PP en coalición con Vox.
En Calasparra, la noticia ha sido recibida con una mezcla de optimismo y escepticismo. Asociaciones de mayores y colectivos vecinales han aplaudido el respaldo mayoritario en la Asamblea, pero algunos expresan dudas sobre si el proyecto se materializará a corto plazo. "Llevamos años oyendo promesas. Esperemos que esta vez sea diferente", comentó Ana Martínez, presidenta de una asociación de jubilados local.
Por otro lado, el rechazo del PP ha generado críticas entre los habitantes, que acusan al partido de "dar la espalda" a las necesidades reales del municipio. En las calles y plazas de Calasparra, el tema se ha convertido en conversación diaria, con opiniones divididas entre quienes apoyan la prudencia económica del PP y quienes exigen una acción inmediata ante el envejecimiento poblacional.
La votación sobre el centro de día de Calasparra trasciende lo local y pone de manifiesto las tensiones políticas en la Región de Murcia. Mientras Vox, PSOE y Podemos han encontrado un punto de encuentro en este proyecto, el PP queda en una posición aislada que podría tener repercusiones en su imagen pública, especialmente en zonas rurales donde los servicios sociales son un tema sensible.
A medida que el debate avanza, el caso de Calasparra se perfila como un termómetro de las prioridades de la política regional en un momento clave. Para los vecinos, el centro de día es más que una infraestructura: es un símbolo de reconocimiento a sus mayores y una apuesta por el futuro de un municipio que lucha por mantenerse vivo. La pregunta ahora es si las diferencias partidistas permitirán que esta iniciativa pase de las palabras a los hechos, o si, como temen algunos, quedará relegada al cajón de los proyectos olvidados.