El comunista de origen español y el historiador católico: los sindicalistas que han puesto a Macron contra las cuerdas




Emmanuel Macron, con su intención de reformar, ahora por decreto, el Sistema Nacional de Pensiones, ha conseguido unir en la misma lucha y fortalecer de manera espectacular a quienes pasan por ser dos rivales en el terreno sindical y, a día de hoy, se consolidan como sus dos enemigos más peligrosos: Philippe Martinez (Suresnes, 1961), un sindicalista de origen español, comunista duro y secretario general de la CGT (Confederación General del Trabajo, fundada en Limognes en 1895); y Laurent Berger (Guérande, 1968), sindicalista de origen católico militante y secretario general de la CFDT (Confederación Francesa Democrática del Trabajo). Ambos están unidos en una misma reclamación, la derogación de la reforma, que puede desestabilizar al jefe del Estado. Al comienzo de una de las grandes manifestaciones parisinas de protesta contra el proyecto de Ley de la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron , Martinez nos explicaba al pequeño grupo de periodistas que le seguíamos el origen último de su determinación, con cierta ironía lacónica: «Hace años, en muchas ocasiones, la gente de derechas que no estaba contenta con mi condición de militante comprometido, me gritaba: ‘¡Sucio español, vuélvete a tu país…!’. Eran unos mensajes de odio racista e ignorante. Yo nací en Francia, en la ‘banlieue’ de París, los suburbios. Mis abuelos y mi madre eran españoles, de Santander; mi padre, francés, estuvo luchando contra Franco en las Brigadas Internacionales». Noticia Relacionada reforma de las pensiones estandar Si El decretazo de Macron atiza el fuego en toda Francia y provoca dos mociones de censura Juan Pedro Quiñonero El presidente francés recibe el apoyo de la OCDE: «La edad de la jubilación, en Francia, es baja, comparativamente. Estoy seguro que el Gobierno debe ir hasta el fin en la línea que ha adoptado» «Aquellos mensajes de odio racista me enseñaron muchas cosas», explicaba Martinez a ABC cuando la manifa de su sindicato se puso en marcha en las calles de París. Y añadía: «Cuando tus abuelos son emigrantes y pobres, comprendes mejor a los inmigrantes de ahora. Tienen problemas similares. Cuando creces en la ‘banlieue’ y vienes de donde vienes, es totalmente normal afiliarte a un sindicato y apoyar a la gente que más lo necesita». Obrero metalúrgico, Martinez comenzó a trabajar en Renault en 1982, en la localidad de Boulogne-Billancourt (región de Île-de-France), se afilió a la CGT en un momento político importante. Su sindicato, por aquellos años, estaba íntimamente asociado a un Partido Comunista Francés, liderado por Georges Marchais, que seguía siendo fiel a la difunta Unión Soviética y que formaba parte de un Gobierno de unión de las izquierdas, presidido por François Mitterrand , quien había prometido «la ruptura con el capitalismo». El puesto sindical en Renault le convirtió en un personaje clave en las grandes negociaciones que culminaron con la desarticulación de la siderurgia francesa y el inicio de la deslocalización de la industria automovilística. Militancia dura que no le impedía ser un temible futbolista aficionado, en el equipo de Renault, con unas simpatías nunca desmentidas por el Barcelona. Hijo de padre comunista, educado en un comunismo francés financiado por la URSS, Martinez terminó separándose del PCF, para consagrarse a la lucha sindical, que culmina pidiendo la retirada total de la reforma de las pensiones aprobada con un decretazo que ha atizado el avispero social en el que está sumida Francia y con el horizonte de un retraso en la edad de jubilación, de los 60 a los 64 años y una cotización de 43 años para cobrar el máximo. Su durísimo lenguaje reivindicativo, sus espectaculares bigotes, su mirada feroz y sus sólidos orígenes comunistas dan de Martinez una imagen que no siempre coincide con la otra cara de su vida: vive tranquilamente en pareja con otra sindicalista, con los mismos antecedentes políticos, y está preparando ya mismo su jubilación. Casi resulta un colega con quien apetece tomar una copa o una cerveza en un ‘bistró’. Frente a Macron y su reforma de las pensiones , ante su decretazo, Philippe Martinez comparte objetivos con quien es su gran rival sindical, Laurent Berger. Ambos coinciden en lo que consideran una petición capital para el futuro de Francia: «Macron debe retirar su reforma, por completo». En las antípodas En el terreno personal, Berger está en las antípodas de Martinez, pero respalda completamente esa petición incendiaria por las siguientes razones: «El decretazo ha sido una decisión muy peligrosa. El Gobierno y el presidente deben comprender lo que está pasando en el país y retirar ese proyecto, que puede provocar problemas más graves». Berger nació en el seno de una familia de clase media, modesta, católica prácticante y con sensibilidad social. Es hijo de una trabajador de los astilleros Chantiers de l’Atlantique, uno de los más grandes del mundo, situado en Saint-Nazaire ( región de Países del Loira) y de una niñera. Secretario general de la CFDT desde 2012, realizó estudios de Historia en la Universidad de Nantes, doctorándose con una tesis sobre un obispo de esa ciudad, monseñor Villepelet, que ganó cierta celebridad colaborando con la resistencia antinazi durante la Segunda Guerra Mundial. Berger comenzó a militar muy joven en la Juventud Obrera Católica (JOC), donde conoció a quien sería su esposa y madre de sus cuatro hijos. De talante negociador, tímidamente socialdemócrata, muy alejado de cualquier tentación socialista o comunista, terminó abandonando la JOC para afiliarse a la CFDT (sindicato de origen cristiano, históricamente reformista, que fue creado en 1964), donde ha hecho carrera y ha terminado ‘radicalizándose’. Él mismo ha llamado a la resistencia con una caldeada retórica: «El decretazo ha atizado el fuego en toda Francia. Para apagar ese fuego será necesario retirar la reforma» Durante los últimos diez años, Berger se ha consagrado como la gran figura negociadora del sindicalismo francés. Sus costumbres le definen: es un padre de familia tranquilo, aficionado a la lectura y nada estridente. Durante los últimos doce meses, ha participado en numerosas reuniones de trabajo con la patronal francesa y con el Gobierno de Macron. Reuniones que fracasaron y que culminaroncon el decretazo del pasado jueves por el artículo 49.3 de la Constitución . Históricamente enfrentados y rivales, con personalidades muy distintas, Martinez y Berges están enfrentados en el terreno sindical. La CGT y la CFDT llevan años perdiendo militantes. La CGT ha endurecido aún más su discurso en busca de nuevos militantes, mientras CFDT ha girado hacia el «radicalismo», aspirando al liderazgo sindical. Con su decreto, Macron ha obrado la unión táctica de la CGT y de la CFDT, en la calle, consiguiendo que dos rivales personales hagan frente común contra la reforma, contra el Gobierno y contra el mismo presidente de la República. El resultado final de la guerra en curso, contra el decretazo macroniano tendrá una influencia capital en el futuro presidencial de Macron y el futuro de Francia, consolidada o debilitada dentro de la UE.

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