El Retiro, de parque histórico a ‘parque temático ilegal’
Crónica de un domingo –de estrés anunciado– en el Retiro. Jardín insigne, afamado por emerger del pavimento urbano como remanso de paz. Antaño, claro. Cuando los garbeos por el parque no provocaban quebraderos de cabeza. Y recorrerlo, de una punta a otra, no te convertía en hazañoso. No cabe duda, el boscoso espacio no es ya edén donde poder tomar un respiro.
Declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en julio de 2021, aseguran sus románticos que está experimentando una masificación impropia de un paisaje de su índole. «De parque histórico a parque de atracciones», lamenta el presidente de la Asociación de Amigos de los Jardines del Buen Retiro, Javier de la Puente, mientras recorre el paraje, atestado de karts a pedales, bicicletas, patinetes eléctricos, ‘segways’, triciclos ‘tuk tuk’ y demás «cachivaches con ruedas».
Durante el trayecto, cuidadosos de no ser arrollados por los masivos vehículos, nos topamos con todo tipo de actividades llevadas a cabo en diferentes áreas verdes: desde grupos de meditación y clases de baile hasta pícnics multitudinarios y fiestas de despedida de soltero. Once mujeres iguales vestidas brindan jocosas entre globos de colores. Sobre el césped, bebida y comida variada. De la Puente lanza una mirada y se dirige hacia las juerguistas. «Está prohibido colocar decoración en el arbolado», les indica. Observan con extrañeza. Como lo haría la mayoría de transeúntes que visitan el parque cada día –alrededor de 130.000–.
En una encuesta realizada, entre noviembre y diciembre de 2022, a más de 26.000 personas –de edades comprendidas entre 35 y 55 años– sobre la situación de el Retiro, el 82 por ciento de los cuestionados admitieron que desconocían las normas de uso que lo rigen. El sondeo dio a conocer que una de las principales preocupaciones de los ciudadanos es el uso «intenso» que se hace del parque.
Además, el 73 por ciento reclamaba más control sobre los pícnics y fiestas de cumpleaños que las personas organizan de forma improvisada. El 71,1 por ciento se mostró muy crítico con los perros sueltos y más del 63 por ciento estaban en contra de que se instalen luces navideñas o de otro tipo en el arbolado.
«Esta misma fiesta de despedida, ¿está prohibida?». «No hay nada prohibido. No existe plan de usos alguno que regule qué se puede y no se puede hacer en el Retiro. Esto es casa de tócame Roque», expresan en la asociación. Hace seis años, en octubre de 2018, la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, creó un Consejo Cívico y Social para impulsar la candidatura a la Unesco del paseo del Prado y el Retiro, y que daba a los ciudadanos la oportunidad de participar en asuntos relacionados con el palacio ajardinado. Pero hace un año que el organismo no se reúne: «Pedimos que nos escuchen».
La entidad explica que el espacio verde está sufriendo realidades nuevas que no están contempladas en ningún plan de ordenación. Empresas que se dedican a organizar entrenamientos guiados con treinta personas e instalando todo tipo de materiales en el parque, conciertos espontáneos, sesiones fotográficas, comilonas familiares que contratan a empresas de ‘catering’, repartidores deambulando en sus bicicletas y hasta personas pernoctando en tiendas de campaña, que la asociación asegura haber visto: «¡En un parque Patrimonio Mundial!».
Para contrastar esa información, este diario pregunta a Policía Municipal si tienen constancia de que esto suceda y si sería posible conocer los datos de las denuncias que se han puesto en el parque en el último año y su tipología: «Estadísticas en concreto del parque del Retiro no tenemos, serían de denuncias genéricas del distrito. En cuanto a las acampadas en el interior de los jardines, desconocemos su existencia, ya que existe vigilancia nocturna en la que se cierra el parque y se asegura que no se produzcan».
Desde el ayuntamiento indican que se están impulsando los planes directores de los grandes parques de la ciudad
De la Puente porta una carpeta repleta de fotografías. «Esto es lo que te decía», arroja, señalando una de ellas. «Aquí se folla», aparece escrito con rotulador en una especie de fuente. En otras instantáneas, preservativos varios: la zona ‘cruising’ o cancaneo (práctica de sexo en público) del Retiro.
Por todo esto, desde 2018, la asociación pide un plan director de usos. El Ayuntamiento de Madrid insiste en que se encuentran trabajando en ello. Pero el borrador nunca llega. «En estos momentos se están impulsando los planes directores para los grandes parques de la ciudad. Una vez que estén aprobados, se complementarán con otros instrumentos. Entre ellos y en el caso del Retiro, con un plan de uso público, de cuyos detalles se informará en su momento», indican fuentes del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad a este periódico.
Ya en diciembre de 2023, la misma asociación, cansada de esperar, redactó un borrador de propuesta con diversas normas con el propósito de regular el uso y disfrute público del jardín: «Pero ni con esas». El documento consta de 16 artículos que piden cumplir con los horarios de apertura e implantar, en caso de ser necesario, control de aforo en el acceso al parque.
Además, se prohíbe aparcar en zonas ajardinadas, instalar tiendas de campaña, organizar pícnics –salvo en zonas habilitadas para ello–, colocar mesas y sillas en las praderas, la práctica de juegos y deportes –excepto en zonas expresamente delimitadas y señalizadas– y circular fuera de las rutas ciclables, entre otras prácticas.
Uno de los principales problemas del parque, según señala el presidente de la Asociación de Vecinos Retiro Norte, Félix Sánchez, en conversación con este diario, es que «el Retiro no ha tenido un desarrollo de personal –de mantenimiento, seguridad y vigilancia y agentes de la autoridad– proporcional al aumento del turismo. Las dotaciones de Policía Municipal y Policía Nacional no dan abasto en determinadas épocas del año, sobre todo en primavera y otoño. El Retiro ha sufrido este último trimestre un impacto considerable de gente los fines de semana, especialmente en septiembre».
Sánchez, como De la Puente, afirma que el consistorio lleva prometiéndoles un plan «desde hace ya mucho tiempo». Asegura que la comunicación con el concejal de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, es fluida –«no como con la concejal del distrito de Retiro, Andrea Levy»–. Pero «falta actuar». «Adquiero el compromiso del Estudio de la Gestión Integral, la modificación consensuada del Protocolo de Cierre y al Plan Director de Usos», dejó por escrito el concejal en mayo de 2023.
Las asociaciones señalan que el Consejo Cívico y Social, creado para debatir sobre temas del parque, no se reúne desde hace un año
En dos horas recorremos parte del pequeño bosque urbano. Y ni rastro de un sólo agente de Policía. Contemplamos el refugio antiaéreo, que anhelan hacer accesible. El jardín temático se presenta cuando menos intranquilo. Lejos quedan los años de paz y calma. Ahora un objetivo: salvar el Retiro.