La moción del imprevisible Tamames y al ausente Feijóo
Nadie tiene duda de que el Congreso vivirá el próximo martes y miércoles jornadas nunca vistas y un espectáculo no se sabe si político, en una moción de censura claramente enfilada al fracaso. La votación final es casi lo único predecible: la iniciativa decaerá y solo logrará los 52 votos a favor de Vox. El candidato presentado en esta ocasión por la formación ultra, el casi nonagenario catedrático Ramón Tamames, es tan imprevisible que hasta Vox ha optado al final por intentar apuntarse con resignación al mérito de esa cualidad. Tamames y el presidente, Pedro Sánchez, debatirán y se intercambiarán con seguridad críticas, pero por sus posiciones ya anticipadas parece que serán de guante blanco. El líder de Vox, Santiago Abascal, no se reservará ninguna munición de calibre contra Sánchez, pero tampoco hacia el presidente del PP, al que acusa de connivencia con el Gobierno. Alberto Núñez Feijóo, que no es diputado y estará premeditamente ausente de la sala, recibirá diatribas de todos, a derecha y a izquierda, y estos días ha estado obviando la moción, como si no existiera.
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