La sequía y los altos precios en origen se comen la rebaja del IVA al aceite de oliva




El precio del aceite de oliva en los supermercados no dará tregua tampoco en 2023. No hay rebaja del IVA que valga . La limitada producción que deja para este año las malas cosechas no da margen a milagros. Tampoco el aumento de costes y el añadido del impuesto al plástico para la industria aceitera. El Balance del Sector del Olivar publicado en febrero por el Ministerio de Agricultura es esclarecedor. El departamento que dirige Luis Planas estima que en 2023 la producción de aceite de oliva bajará hasta las 680.000 toneladas, bastante menos del doble que en la campaña 2021/2022, cuando la previsión era de cerca de millón y medio. Noticia Relacionada estandar Si El efecto de la rebaja del IVA se diluye en una tercera parte de los alimentos afectados solo dos meses después Bruno Pérez Cerca de la mitad de las referencias abaratadas ha experimentado una subida de precios desde la aplicación de la bajada fiscal, aunque apenas un tercio supera ya los precios anteriores a la medida El contexto para toda la cadena es demoledor. Las escasas lluvias y la asfixiante ola de calor vivida el verano pasado han dejado una de las peores campañas que se recuerdan en el campo, que además ha sufrido una severa escalada de costes por el aumento de precios de los fertilizantes y otros suministros. Según el Índice de Precios Pagados por los Agricultores que elabora Agricultura, los fertilizantes se habían encarecido un 37,25% de media y los carburantes un 57,64% en el mes de noviembre. En total, los costes para los agricultores crecieron un 21,46% respecto al año anterior.   Un año para el olvido 680.000 toneladas Esta es la producción de aceite de oliva que estima el Ministerio de Agricultura para la campaña 2022/2023, bastante menos de la mitad de la previsión que realizó para la temporada anterior Es la tormenta perfecta que sufren las aceiteras: producción corta y altos precios en origen que provocan que la industria envasadora se quede sin capacidad para contener los precios y ese esfuerzo tampoco pueda hacerlo la distribución. En febrero, el precio del ‘oro líquido’ se disparó un 33,5% en la cesta de la compra respecto al mismo mes del año anterior, según el IPC. Fue el segundo mes en el que el aceite de oliva contó con una rebaja del IVA desde el 10 al 5%. Pero la escalada de costes mitigó cualquier efecto posible de la medida aprobada por el Gobierno en el final de 2022 como parte de su plan de choque contra la inflación. De hecho, entre enero y febrero el precio del aceite de oliva en los lineales de las empresas distribuidoras creció un 2,7%. Caída de ventas La coyuntura deja unos precios imposibles para el consumidor y las ventas caen a plomo. Las envasadoras vendieron en enero 20 millones de litros de aceite de oliva (entre virgen extra, suave, virgen e intenso), un 17,33% menos en términos interanuales, según los datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) . Un rejonazo que el director de esta asociación, Primitivo Fernández, atribuye al incremento en los costes de producción «en todos los eslabones de la cadena» y la corta cosecha española. Mientras hace un año compraban el kilo de virgen extra a 3,40 euros, ahora lo hacen a 5,40. Una suma de factores que desembocó en que el precio de salida de fábrica del aceite de oliva aumentara en el mes de enero un 53,9%, según el Índice de Precios Industriales del INE. Bajada de la facturación 17,33 por ciento menos de ventas de aceite de oliva registró la industria envasadora en el mes de enero debido a los altos precios en origen que les obligan a vender a los supermercados un 50% más caro que en el principio de 2022 Las consecuencias llegan directamente al bolsillo . Ante los altos precios, el consumidor se vuelca en otros aceites más baratos como el de girasol, -el año pasado se produjo el efecto inverso tras el estallido de la guerra y la escasez de producto-. En enero, su consumo cayó respecto a hace un año, pero en mucha menor medida: se vendieron 18,27 millones de litros, un 9,62% menos que en el mismo mes del año pasado, según las cifras que manejan los asociados de Anierac. Esfuerzo del sector Desde la industria envasadora aseguran haber hecho todos los esfuerzos posibles para no repercutir más la escalada de precios en la distribución, pero ya no encuentran más margen de bajada. El sector lo lamenta, pues son los primeros en sufrir las consecuencias de la caída de ventas en los súper. «Lamentablemente, el efecto de la rebaja del IVA se ha visto notablemente amortiguado por el aumento del precio en origen y también por el nuevo impuesto al plástico», señala el director de Anierac. Este tributo, que entró en vigor el 1 de enero y que obliga a las empresas a contribuir con 0,45 euros por cada kilogramo que usen de plástico no reutilizable, ha sido la puntilla para la contención de precios. Un golpe millonario que entre el tejido empresarial ha sido señalado como un gravamen recaudatorio. Toda esta suma complica que se den las tan esperadas bajadas de precio este año. Fernández no es muy optimista y apunta a que «sólo cabe esperar que se puedan mantener los precios, mientras que no lleguen las anheladas lluvias», pero no se atreve aún a hacer un pronóstico de evolución de los precios. Las empresas cárnicas vuelven a pedir la reducción del impuesto La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), que agrupa a más de 600 empresas cárnicas, ha vuelto a reclamar medidas extraordinarias como la bajada del IVA a la carne, al tiempo que ha alertado del «preocupante futuro económico» del sector, que está viviendo una histórica escalada de precios de la materia prima cárnica, tensionando toda la cadena ganadero-cárnica, según señaló en un comunicado. Las empresas del sector también han mostrado su preocupación por la creciente presión de la inflación, que se ha traducido en mayores costes de todos los insumos y también en un incremento excepcional de los costes salariales. La situación también se ceba con las empresas exportadoras de aceite de oliva. Según cuenta el director general de Asoliva , Rafael Pico, «las exportaciones han bajado en volumen un 35% como consecuencia del incremento del precio en origen (sector productor), y el incremento de los costes derivados de la energía». El sector exportador vive una situación paradójica. Muchas empresas españolas han exportado aceite de oliva de manera anticipada para adelantarse a la subida de precios en origen y ahora mercados como el australiano o el estadounidense tienen precios más bajos que en España por el cúmulo de producto respecto a una situación de normalidad.

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