Los escritores de ciencia ficción atraen a empresas y gobiernos
La ciencia ficción siempre ha sido un terreno fértil para anticipar el futuro, incubar ideas e indagar en las posibilidades que surgen de lo que hoy solo son proyectos en ciernes. Pero más raro es entender que los escritores de ciencia ficción puedan ser usados de manera proactiva por empresas y gobiernos para proyectar sus tecnologías emergentes , promover ideas disruptivas o dibujar escenarios posibles que adelanten tendencias. Esto en realidad no es tan bizarro ni tan reciente. Churchill y Stalin consultaron a H. G. Wells , y el gobierno estadounidense, la CIA o la administración de Reagan trabajaron con miembros del grupo Sigma , compuesto por autores multidisciplinares. El gobierno francés de Macron también anunció la formación del Equipo Rojo , un grupo de escritores de ciencia ficción que trabajarían mano a mano con militares para hacer prospectivas que establezcan las hojas de ruta de la geopolítica y del futuro de los conflictos armados . «Si lo que estamos haciendo no es visto por la gente como ciencia ficción, probablemente no sea lo suficientemente transformador» Sergey Brin Uno de los fundadores de Google Empresas como Visa, Coca-Cola, Intel o Ford y organizaciones como la OTAN han contratado los servicios de SciFutures , que cuenta con una plantilla de centenares de escritores, para que trabajen con técnicos desarrollando perspectivas económicas, sociales o medioambientales que están entrelazadas con el desarrollo de un nuevo dispositivo o concepto. Noticia Relacionada Los orfanatos ucranianos: «Los descargan como cadáveres, y se quedan toda la vida, es su destino» Alexia Columba Jerez Lleva años denunciándose lo que ocurre detrás de los muros de estos centros de Ucrania, y ahora se suma el que Rusia se esté llevando a miles de niños para adopciones sistemáticas ilegales En suma, aportan un pensamiento ‘fuera de la caja’ , más audaz , que a su vez inspira nuevas líneas de emprendimiento. Unido al hecho de que es más fácil introducir ideas tecnológicas frías o datos complejos usando la narrativa como atractivo para que el público las asimile. Pero también para que los diseñadores comprendan la eficacia de un producto o sus posibles fallas. Un ejemplo es David Brin , científico graduado en Caltech y laureado escritor de ciencia ficción, artífice de obras como ‘The Postman’ o ‘Earth’, quien ha sido consultor de IBM, la NASA y orador de Google. La línea de pensamiento que muchas empresas tecnológicas persiguen es el desafío que Sergey Brin , uno de los fundadores de Google, lanzó: «Si lo que estamos haciendo no es visto por la gente como ciencia ficción, probablemente no sea lo suficientemente transformador», porque solo entonces podrán mantener su relevancia y establecer nuevas relaciones con el mercado. Los análisis de las tendencias pasadas resultan útiles para conocer nuestros comportamientos futuros, pero limitan la perspectiva. Mientras que los escritores muestran menos pudor en arriesgar o moverse en la incertidumbre . Así, la reputada consultora Price Waterhouse Cooper (PwC) publicó una guía sobre cómo usar la ciencia ficción para ‘explorar la innovación’. Establece que «usando ficciones narrativas las organizaciones pueden iniciar conversaciones para su propia innovación. Los mundos ficticios permiten explorar nuevos productos y usos, sin restricciones de dinero o capacidad tecnológica que obstaculicen la creatividad». La ciencia ficción más allá de prejuicios no son solo naves espaciales o extraterrestres. Respetados escritores han anticipado el futuro, desde William Gibson , que acuñó el término ciberespacio en su obra maestra ‘Neuromancer’ en 1984 hasta Edward Bellamy , que predijo en 1888 el uso de las tarjetas de crédito en su ficción ‘Looking Backward: 2000-1887’. Pasando por Ray Bradbury que imaginó los earbuds en 1953 con Fahrenheit 451. Aldous Huxley , los antidepresivos en 1931 en Un mundo feliz y Arthur C. Clark e , las tablets con periódicos digitales o la tecnología satelital de `2001: una Odisea en el espacio´, en 1968. Sin olvidar a H.G. Wells que concibió la idea de la bomba atómica en ‘El mundo liberado’, publicada en 1914. También Julio Verne habló de naves espaciales propulsadas por luz en su novela de 1865, ‘De la Tierra a la Luna’, y actualmente, las agencias espaciales trabajan en velas solares y ascensores espaciales. PwC apostilla que «estos objetos se materializaron en la realidad en parte porque los inventores y científicos se inspiraron en su atractivo conceptual. En cómo se usaron dentro de un mundo imaginado en la literatura , la televisión o el cine. Y encontraron una manera de convertir al menos parte de ese futuro en el ahora. Permite analizar el valor o no de las innovaciones ». Y eso explica que el diseño de ficción haya sido usado por empresas como Microsoft o Apple . Asimismo Kodak, Motorola, Disney o Tesco se han unido a la tendencia y el MIT Media Lab lleva años potenciando la lectura de ficción en sus investigadores e ingenieros. Acercar lo imposible Samuel R. Delany , uno de los escritores más multipremiados en el campo, afirma que «la variedad de mundos a los que la ciencia ficción nos acostumbra es un entrenamiento para pensar en los cambios reales , a veces catastróficos, a menudo confusos. Nos ayuda a evitar sentirnos tan boquiabiertos». El diseñador Tobias Revell que usa ficciones y futuros para pensar en el presente comenta que «la mayoría de los autores de ciencia ficción de los que hablamos están interesados en explorar los problemas, suposiciones y prejuicios de la sociedad actual al contrastarlos con los del futuro para conocer mejor la condición humana». Florence Parly , la que fuera ministra de las fuerzas armadas francesas, afirmó cuando se anunciaron los primeros resultados del Equipo Rojo, que «hay que atreverse a creer en lo imposible, imaginar lo inimaginable y cuestionar lo que ayer todavía nos parecía inmutable». No en vano, el final del informe del 11-S decía que « el fracaso más importante que posibilitó los ataques fue el de la imaginación . A diferencia de ‘Star Wars’, no podemos permitirnos una secuela». La prestigiosa Harvard Business Review llegó a publicar artículos como ‘Usando la ficción para encontrar tu estrategia’ o ‘Por qué los líderes empresariales necesitan leer más ficción’. Pero no se trata tanto de adivinar el futuro, sino de inventarlo, de esta forma las empresas pueden también testear productos o motivar cambios organizacionales. Una de las fcciones de Scifutures para la OTAN otan El CEO y fundador de SciFutures, Ari Popper , explica a ABC que las empresas que requieren sus servicios consiguen ventaja competitiva, pasando de un desarrollo lineal a uno exponencial. Apunta que «el trabajo número uno es ayudarlos a transformarse. La ciencia ficción usa el poder de la narración para ayudar a suspender la incredulidad, superar la inercia y tener una idea visceral de lo que es posible. La ciencia ficción rara vez trata sobre el futuro. Se trata principalmente de cambiar el presente ». Para conseguirlo «realizamos una fase de investigación para asegurarnos de comprender el negocio de nuestros clientes. Estos datos se usan para informar a nuestros talentosos escritores de ciencia ficción. La fase de estrategia es el puño de hierro. Las historias emotivas son el guante de seda ». El resultado son vídeos, ilustraciones, podcast, historias en realidad virtual o sitios web interactivos». Si bien muchos de los proyectos de SciFutures con las empresas son confidenciales, cuando trabajaron con la OTAN se les dio plena libertad para imaginar escenarios más pesimistas, dando lugar a una antología de historias ilustradas que fueron discutidas por los altos funcionarios de la entidad. Nueva ecuación Los desafíos ambientales también son un elemento cada vez más obvio a la hora de imaginar el futuro. Por eso, la firma internacional de ingeniería Arup recurrió al escritor y periodista Tim Maughan , experto en temas tecnológicos que ha trabajado en China o Estados Unidos, quien desarrolló cuatro historias que imaginan futuros potenciales dentro de 30 años. A su vez, eso dio lugar a la novela ‘Infinite Detail: A Novel’ sobre cómo los personajes se enfrentan a las repercusiones del cambio climático a nivel local. Cuenta a ABC que también ha trabajado con la OMS sobre cómo imaginar el futuro de las pandemias, con Netflix para el programa de televisión ‘El futuro de…’ o con organizaciones benéficas británicas imaginando los antibióticos del mañana . Además subraya que es importante dar con el escritor acertado, no basta con recurrir a nombres populares. En más de una ocasión las empresas lo han llamado para arreglar este tipo de líos. En este panorama juega un papel importante la figura del futurista conceptual. Es el caso del fallecido Syd Mead , que algunos llamaron ‘el Velázquez del diseño futurista’. Roger Servick, manager de asuntos comerciales de Syd Mead Inc, explica a ABC que «Syd estuvo involucrado en la creación de ‘Tron’ , el primer largometraje que contiene más de 30 minutos de animación por computadora, y fue el diseñador de la película ‘Blade Runner’. Mead fue un futurista «visual» que destacó en la creación de arte conceptual que superó los límites de lo que se consideraba posible. Basó sus soluciones en la realidad, pero las interpretó en el lenguaje visual de lo que se estaba desarrollando para el futuro. A menudo se le citaba diciendo: La ciencia ficción es una realidad antes de lo previsto». En esa futura realidad también hay escritores como Neal Stephenson , creador del concepto de metaverso , quien describió en su novela ‘Snow Crash’ una especie de espacio colectivo sucesor de internet y basado en la realidad virtual, donde las personas tienen avatares digitales . Stephenson. Cansado de futuros distópicos. buscó una visión más positiva , y se unió al Centro para la Ciencia y la imaginación (CSI) de la Universidad Estatal de Arizona para crear ficciones climáticas, energéticas o de exploración espacial. El resultado son historias apoyadas por la NASA o el Banco Mundial. Uno de los escenarios ideados por el Centro para la ciencia y la imaginación CSI El director de CSI, Ed Finn , nos comenta que «invitamos a escritores, artistas y otros profesionales creativos a colaborar con científicos, ingenieros y otros expertos técnicos. Juntos imaginan visiones técnicamente fundamentadas, plausibles y esperanzadoras del futuro cercano: un mundo en el que podríamos querer vivir, y en el que podemos pensar en lo que deseamos evitar». Mundos posibles Precisamente los desafíos que Francia quiere evitar es lo que motivó la creación del Equipo Rojo en 2019. El artífice fue Emmanuel Chiva , director de la Agencia de la Innovación de Defensa (AID). . También existe el Equipo Azul compuesto por militares para mantener esas narrativas dentro de la verosimilitud.En 2016 acompañó a su mujer al festival Utopiales de ciencia ficción en Nantes y descubrió sus posibilidades. Sus escenarios abordan las guerras ecosistémicas, los ‘biohackers’, el transhumanismo , los ‘deepfakes’ o la guerra cognitiva. Y están llevados por la idea de que pronto lo planteado ya no será ciencia ficción. Más antiguo es el grupo Sigma , creado en 1992 en EE.UU. Su fundador Arlan Andrews explica que «cuando trabajaba en la Oficina de Ciencias de la Casa Blanca hace 30 años, visualicé a Sigma como una alternativa apolítica a los pronósticos burocráticos de personas sin experiencia en pensar en el largo plazo. En 2008, algunos de nuestros miembros proyectaron que los enjambres de drones serían un aspecto importante de la guerra futura. O que con los teléfonos inteligentes, deberían esperar «revoluciones a la velocidad del texto»». MÁS INFORMACIÓN Las nuevas soluciones de la biocomputación y la genética para acabar con el crimen Test genéticos: un negocio con ADN millonario El auge del sector de la neurología y los implantes: Los proyectos que ponen la semilla del hombre-máquina Geoingeniería, el controvertido plan para jugar a ser Dios con el clima Muchos creen que futuro es un laboratorio seguro para probar ideas . Y los escritores de ciencia ficción –como dice PWC– son un buen catalizador ante la pregunta: « ¿Cuál es la historia de tu futuro? Imaginarlo será el primer paso para hacerlo realidad».