Madrid blinda su Semana Santa y suma galones como fiesta de especial interés
El último Miércoles Santo, Carlos Elipe, de 51 años, procesionó junto a los crespones negros que recordaban a sus hermanos fallecidos desde el 14 de marzo de 2020, el día que se decretó el estado de alarma que congelaría España por un virus desconocido. Tras los años en blanco, Elipe regresó bajo el Señor, bajo la parihuela de Nuestro Padre Jesús de la Salud, y recorrió el corazón de Madrid con los pasos de Los Gitanos , una de las cofradías madrileñas más queridas que encarna la esencia de las procesiones de Sevilla. Este martes, cuando Elipe cogió el teléfono y recibió la noticia que se había gestado en el palacio de Cibeles , se alegró: «Esta es la primera corporación que se lo ha tomado en serio». Lo que el Ayuntamiento de Madrid se toma en serio, según este integrante de la junta de gobierno de la Hermandad Sacramental y Carmelita de Los Gitanos, es la Semana Santa castiza. En el pleno municipal PP, Ciudadanos, Vox y el Grupo Mixto —los tres concejales carmenistas escindidos de Más Madrid— votaron a favor de declarar la festividad como «manifestación religiosa y cultural de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad de Madrid». La propuesta que defendió un concejal de Vox , Fernando Martínez Vidal, también abre la puerta a que se inicien los trámites para su declaración como fiesta de interés turístico regional y, posteriormente, como fiesta de interés turístico nacional. La Semana Santa capitalina se sacude así el título de hermana menor de sus homólogas andaluzas. «La Semana Santa de Madrid tiene una característica propia que, en sí misma, es que no la tiene. La ciudad acoge al forastero como propio, que enseguida forma parte de ese crisol de culturas, y acoge todas las características de la Semana Santa», explica Elipe. Todas las semanas santas en una sola ciudad: el aroma a incienso de la hermandad del Gran Poder y la Macarena, los costaleros típicos sevillanos de Los Gitanos, los grandes tronos que replican las procesiones de Málaga, la imagen castellana de la Virgen de los Siete Dolores… «Eso hace que sea un tanto ecléctica, que no tenga un solo espíritu pero que también puedas imbuirte de lo que más te gusta», puntualiza Elipe, miembro de una hermandad de pura ‘sevillanía’. Un imán en crecimiento En las últimas dos décadas, las calles de Madrid que solían vaciarse durante la festividad católica se han convertido en reclamo de turistas y devotos. «La Semana Santa de Madrid es la primera, de una ciudad no andaluza, en redes sociales y se ha posicionado como el mayor destino turístico nacional en Semana Santa», informan a ABC fuentes del Área de Cultura, Turismo y Deporte del ayuntamiento. El año pasado, en una cierta normalidad pos-Covid, la ciudad recibió más de 280.000 visitantes durante los siete días de conmemoración de la Pasión de Cristo. Ese flujo es un riego dorado para la capital. En 2022, las reservas hoteleras superaron, de media, el 80% del total de plazas madrileñas. Muchos hoteles colgaron el cartel de completo , mientras que la ocupación de los apartamentos turísticos creció hasta el 95%. El gasto medio por turista (la mayoría procedentes de Estados Unidos e Iberoamérica) ascendió a los 391 euros , sobre todo, en restauración y ocio. Este año, el sector turístico se frota las manos y confía en que la Semana Santa recupere ese déficit del 5% que falta para alcanzar las cifras prepandemia; en abril de 2019, Madrid dio la bienvenida a 870.658 turistas. Precisamente un 5% es el porcentaje que prevén crecer los hosteleros madrileños durante la semana de pasión. Desde Hostelería Madrid , la asociación mayoritaria del sector, aspiran a «recuperar las cifras de ocupación y de facturación que hubo en 2019, si se confirma una buena climatología». «Aunque el sector sigue marcado por las últimas estadísticas que reflejan una retención de la contratación, un ajuste en el gasto medio por la caída de la renta disponible y la subida de tipos y ralentización del crecimiento, por ejemplo, en la venta de las cerveceras», precisan. Esta batería de cifras, junto a la buena reputación que goza la Semana Santa en Madrid, donde conviven 25 hermandades y cofradías , apuntalan la nueva categoría concedida por el ayuntamiento. La tradición cofrade que se remonta al siglo XV se suma a las otras cuatro declaraciones de interés para la ciudad del mandato de José Luis Martínez-Almeida. Las fiestas de San Isidro, 400 años después de la canonización del patrón de Madrid; la Feria del Libro, una condecoración para garantizar su permanencia en el parque del Retiro; los tablaos flamencos, para sacarlos del agujero negro en el que se sumergieron durante la pandemia; y los restaurantes y tabernas centenarias de la ciudad. Más presupuesto «Estamos relanzando la Semana Santa como un activo cultural que es para Madrid», celebró este martes en el hemiciclo la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy (PP), que aprovechó para anunciar que su departamento ha aumentado un 33% el presupuesto destinado a la programación cultural. Minutos antes, el edil de Vox resumía el medio milenio de historia de esa semana grande para los creyentes. La etapa dorada de las hermandades comenzó en 1561, cuando el rey Felipe II instaló la Corte en Madrid y se fundaron las cofradías de la Sagrada Pasión y la de Nuestra Señora de la Soledad. En 1710 nacería la congregación que venera al Jesús de Medinaceli , actualmente una de las más célebres y grandes de la urbe, con 2.600 devotos. La procesión del Divino Cautivo, en Madrid, el Jueves Santo de 1960 TEODORO NARANJO «Siempre decimos que hay procesiones de Madrid de toda la vida: Medinaceli, los Siete Dolores, el Cristo de los Alabarderos… Son las castellanas», asegura el vicehermano mayor de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, Miguel Ángel Izquierdo. Este cofrade de 45 años, que ocupa el cargo desde hace cuatro, pertenece a la junta directiva desde hace una década y a la hermandad desde hace 15 años, confirma la evolución que ha experimentado la celebración en la capital. «Aquí hay mucho inmigrante y siempre la gente se iba fuera, pero en los últimos 15 o 20 años te quedas aquí, las hermandades tienen vida todo año; el besapiés [del Cristo de Medinaceli, en la basílica homónima] reúne un viernes normal a 12.000 personas», asevera. Los cofrades llenan las calles una semana, para la que se preparan prácticamente durante 365 días, «pero una hermandad es floreciente y próspera si tiene vida todo el año», matiza Carlos Elipe. Hermano de Los Gitanos desde 2007, ha colgado una pizarra en su casa donde apunta todos los actos, presentaciones, conciertos y misas de las congregaciones. Y, por supuesto, los ensayos de los costaleros , mañana y tarde, que a estas alturas han practicado ya un par de veces para la Semana Santa, este año, del 2 al 9 de abril. Abstención de la izquierda La proposición de Vox presentada en el pleno no tuvo ningún voto en contra, aunque la izquierda —salvo el Grupo Mixto— se abstuvo. El concejal de Más Madrid Miguel Montejo criticó el «argumentario guerracivilista» de Vox: «Poco menos que viene a decir que la Semana Santa madrileña la salvó el franquismo. Lo suyo es puro nacional-catolicismo, esa imagen en la que la Iglesia trabaja muy bien por quitarse de encima». El edil se refería al breve repaso por la historia de Martínez que expone que, a partir de 1939, «las hermandades emprendieron la doble tarea de recuperar el patrimonio artístico perdido y devolver a la Semana Santa el esplendor que había tenido siglos atrás». MÁS INFORMACIÓN noticia No El turismo madrileño rozó niveles pre-Covid en Semana Santa y espera cifras prometedoras en mayo Para la portavoz socialista, Mar Espinar, que la festividad sea manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial , declaración que impulsó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2017, es suficiente. «Están todo el día con España y con Dios en la boca», afeó la edil al grupo que lidera Javier Ortega Smith, «¿por qué defienden la Semana Santa, por fe o por negocio?». La respuesta del concejal de Vox fue escueta: «No será Sevilla, Málaga, Zamora o Valladolid, pero [las cofradías de la capital] se merecen ese reconocimiento», zanjó Martínez. Dentro de un mes, las procesiones inundarán Madrid, y volverá el tradicional Ciclo de Órgano en la iglesia de San Ginés y la tamborrada en la plaza Mayor. Y Levy avanzó: «Esta Semana Santa deparará más novedades que próximamente anunciaremos».