Ningún poder del Estado puede dar indicaciones

de la justicia como un pilar del
Estado de derecho.

Es una gran satisfacción constatar,

que finalmente es alcanzado un
acuerdo,

para la renovación del Consejo
general del poder oficial,

lo que nos permite mirar,

el futuro con renovada esperanza.

La deseada renovación,

ha culminado con mi elección como
presidenta,

es la primera vez que una mujer es
elegida,

y por ello ha sido calificado,

y así lo considero,

como un hecho histórico.

Es un paso más en el paulatino
proceso de reconocimiento,

de la importante labor,

de las mujeres en la administración
de justicia,

a todos los niveles.

Recibo por tanto,

el nombramiento como un
reconocimiento,

a todas las mujeres que trabajan en
la administración de justicia.

Cualquiera que sea las funciones que
desarrollan.

Nací en una España,

en la que de las mujeres no podían
acceder al ajo a la carrera

judicial,

ahora somos mayoría,

el 80% de las aspirantes que supera
las pruebas de acceso,

a la carrera judicial,

son mujeres.

Pero tuvimos que esperar al siglo
XXI,

para llegar al Tribunal Supremo,

pero aún así queda mucho camino por
recorrer,

las mujeres siguen siendo minoría,

en los altos cargos judiciales.

Hoy tiene que ser un día de
reconocimiento y agradecimiento,

todas las mujeres de nuestro país,

que a lo largo de la historia,

luchado por la defensa del derecho
de la igualdad.

Por acabar,

con Lemaire y seguido la
invisibilidad que se han visto

sometida a las mujeres,

en los ISIS 2 ámbitos de la vida
profesional,

y social.

Pero también es el día de expresar
mi reconocimiento,

a todas las mujeres que en la
actualidad,

realizan su trabajo,

dando lo mejor de sí mismas,

para hacer de España un país mejor.

Como presidenta del Tribunal
Supremo,

y el Consejo general del poder
judicial,

quiero agradecer la confianza,

que ha depositado en mí los vocales
del Consejo general del poder

judicial,

y el apoyo cerrado que me han
mostrado,

en las últimas horas mis compañeras,

del Tribunal Supremo.

Hoy finalmente,

ese tribunal y el supremo y el
Consejo general del poder judicial,

están presididas por una mujer,

pero no olvido como he dicho antes,

que queda mucho por hacer,

pues las mujeres siguen siendo
minoritarias,

en altos cargos judiciales.

Como presidenta quiero dedicar,

en mi nombramiento,

mi compañera del Tribunal Supremo,

que realizan una importante labor,

y que cumplen las características de
excelencia y dedicación,

todas ellas,

sin excepción,

merece mi respeto y mi
consideración.

De conocimiento que hago extensivo a
las mujeres que colaboran en el

mundo de la justicia,

fiscales de entradas gestoras
auxiliares,

y demás personal laboral que
trabajan día a día,

para que la justicia se haga
realidad.

Pero he de reconocer,

que esa conquista se ha hecho con la
colaboración,

y de la mano de nuestro
excompañeros,

que han participado en este proceso,

de reconocimiento efectivo de la
igualdad,

y también a la sociedad que ha
avanzado hacia unos ideales,