Orbán carga contra la inmigración en la presentación de la presidencia húngara de la UE
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha insistido este miércoles en que la llegada de inmigrantes a la Unión Europea (UE) está detrás del aumento de fenómenos como la homofobia, la violencia contra las mujeres o el antisemitismo y ha instado a comenzar a procesar todas las solicitudes de asilo en centros fuera de la UE.
Ante el Parlamento Europeo, Orbán ha presentado las prioridades de la presidencia húngara del Consejo, en marcha desde julio hasta diciembre de este año, y ha dedicado buena parte de su discurso a pedir que la Unión Europea apoye «de manera significativa» a los países que tienen fronteras externas de la Unión Europea y las «protegen».
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¿Cómo pararle los pies
a Víctor Orbán?
Es lo que muchos dirigentes europeos
se preguntan ante el desafío
del líder húngaro,
que está aprovechando
la presidencia semestral de la Unión
para presentarse como «mediador»
en la guerra de Ucrania.
Con polémicas visitas al agresor,
Putin, a Xi Jinping
y a Donald Trump.
Alemania o Francia se quejan
de que no tiene autoridad
para dar la impresión
de que hace esos viajes
en representación de Europa.
Pero, ¿qué mecanismos tiene
la Unión para impedirlo?
Según el director del Centro
de Asuntos Internacionales CIDOB,
hay varias formas de ejercer presión
política sobre Orbán.
Una de ellas es boicotear
los eventos que organice
la presidencia húngara, rebajando,
por ejemplo,
el nivel de representación
de ministros a embajadores.
Existen otras herramientas de mayor
calado nunca aplicadas hasta ahora.
Retirar el derecho de voto
de Hungría en el Consejo Europeo
o incluso llegar a acortar
su presidencia.
Pero sería una decisión política
sin precedentes.
Medidas que no se descartan si Orbán
persiste en su desafío
a los intereses y las políticas
comunes de la Unión.
Orbán ha asegurado que «no se puede proteger a los europeos de la inmigración ilegal» sin un modelo de gestión de las solicitudes de asilo desde terceros países y ha tildado el resto de soluciones sobre la mesa como «una ilusión».
«El sistema de asilo de la Unión Europea no funciona. La inmigración lleva a violencia contra las mujeres, homofobia y antisemitismo«, ha dicho Orbán, cuyo Gobierno ha promovido una serie de leyes que limitan la libertad de personas homosexuales y transgénero.
El discurso de Orbán provoca las protestas del bloque progresista
Estas palabras han provocado los primeros abucheos contra el primer ministro húngaro por parte del bloque progresista del hemiciclo, que quedaron ahogados por los aplausos de sus aliados.
Al final de su discurso, un pequeño bloque de eurodiputados de La Izquierda han comenzado a cantar el conocido himno antifascista italiano «Bella Ciao» hasta que la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, les ha pedido que pararan advirtiéndoles de que el hemiciclo «no es Eurovisión» y haciendo una breve referencia a la serie española «La Casa de Papel».
Antes de su llegada al hemiciclo, los líderes de los grupos socialista, liberal, verde y de la izquierda se manifestaron justos a la entrada del hemiciclo con carteles LGTBIQ+ y de protesta contra el uso indebido de los fondos europeos en manos del Gobierno húngaro.
Von der Leyen: «En ninguna lengua europea paz es sinónimo de rendición»
Además, el dirigente húngaro dijo el pasado martes, en una conferencia de prensa en Estrasburgo, que «Ucrania no puede ganar la guerra contra Rusia en el campo de batalla», a lo que añadió que se necesitan diálogo y un alto el fuego para salvar vidas.
Orbán anunció que Budapest retrasaría el acuerdo final sobre un préstamo de 50.000 millones de dólares del G7 a Ucrania hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y, además, advirtió que, si Donald Trump resultara elegido el próximo 5 de noviembre, este comenzará a trabajar por la paz en Ucrania de manera inmediata, y los líderes europeos tendrían entonces que reaccionar.
En respuesta, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha acusado al primer ministro de Hungría de culpar al invadido y no al invasor en el conflicto entre Rusia y Ucrania y le ha advertido de que «no hay ninguna lengua europea en la que la paz sea sinónimo de rendición o en la que soberanía sea sinónimo de ocupación».
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Ursula von der Leyen
se ha dirigido esta mañana
al Parlamento Europeo.
La Eurocámara vota
si quieren que la alemana
repita como presidenta
de la Comisión Europea.
Necesita el sí de al menos
361 eurodiputados,
la mitad de la Cámara.
La candidata ha insistido
en que desde su cargo
luchará
contra las ideas extremistas.
«No voy a aceptar a los demagogos
y extremistas que quieran destruir
nuestro estilo de vida europeo.
Y estoy hoy aquí preparada
para librar la lucha
con todas las fuerzas democráticas
de esta cámara».
En una aplaudido discurso ante el Parlamento Europeo justo después de la intervención de Orbán, Von der Leyen se ha referido a «quienes atribuyen esta guerra a la sed de libertad de Ucrania, y no a la sed de poder de Putin«.
A pocos metros de Orbán, la presidenta del Ejecutivo comunitario se ha preguntado si quienes en esta guerra culpan al invadido también responsabilizarían a los húngaros de la invasión soviética en 1956 o a los checos y eslovacos por la represión soviética en 1968.
«El pueblo ucraniano lucha por su libertad igual que los héroes que liberaron el centro y este de Europa de la dictadura soviética. Solo hay un camino para llegar a una paz justa para Ucrania y Europa: debemos seguir empoderando a la resistencia de Ucrania con apoyo político, financiero y militar», apuntó Von der Leyen.
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La presidencia del primer ministro
más díscolo de la Unión Europea
se está convirtiendo en un dolor
de cabeza para muchos en Bruselas.
La última polémica ha sido
esta reunión
con el expresidente Donald Trump
en Florida,
a donde Orban viajó nada terminar
la cumbre de la OTAN.
Unas imágenes y un mensaje
en redes sociales para
dar su apoyo
al candidato republicano,
«La misión de paz continua»,
dice Orban.
Una misión, según sus palabras,
que empezó al mismo tiempo
que Hungría asumía
la presidencia rotatoria
de la Unión Europea.
Primero fue la visita en Kiev
a Zelenski,
después la imagen que más revuelo
ha ocasionado,
este apretón de manos
con Vladimir Putin
y esta misma semana escala en China,
con el presidente Xi Jinping.
No representa a la UE,
insistía en Washington
el presidente del consejo europeo,
Charles Michel.
Con estas visitas no nos compromete,
porque no nos ha informado
previamente,
decía Macron
al terminar la cumbre de la OTAN.
Hungría mantiene que la UE
no le hará cambiar su opinión
sobre la necesidad
de hablar con Rusia
y Orban insiste en utilizar el logo
de la presidencia húngara
en sus mensajes en redes sociales.
No han pasado ni dos semanas
desde que asumió
la presidencia rotatoria de la UE
y nadie sabe cuáles serán sus pasos
en los siguientes seis meses.
Algunos países empiezan a pensar
de qué manera
se le puede parar los pies.
La presidenta de la Comisión Europea acusa a Orbán de «arbitrariedad»
La presidenta de la Comisión Europea también ha criticado las acciones del gobierno de Orbán en materia de competitividad, donde le ha acusado de arbitrariedad a la hora de otorgar licitaciones públicas, o de migración, donde le ha preguntado cómo encaja su promesa de fronteras más fuertes con que Hungría haya liberado a traficantes condenados antes de que cumplieran su pena de prisión completa.
«Esto simplemente es lanzar los problemas hacia el jardín de tu vecino. Todos queremos proteger las fronteras externas, pero solo lo lograremos si luchamos juntos contra el crimen organizado y somos solidarios entre nosotros«, ha dicho Von der Leyen.