Real Sociedad 1 – Atlético 1: Sucic castiga a un rácano Atlético
Anoeta se engalana para la confrontación de dos deficientes trayectorias, las que sienten como una pesada carga la Real Sociedad como local y el Atlético de Madrid como visitante. Para buscar un punto de inflexión en ellas, Imanol Alguacil recurre a sus titulares, descansados en el compromiso europeo del pasado jueves, y Simeone al debutante Lenglet y el casi inédito Javi Galán, además del recuperado Barrios.
51 segundos tardan los rojiblancos en silenciar el feudo donostiarra, en una jugada iniciada, precisamente, por el carrilero izquierdo en el regreso a la que fue su casa la temporada pasada. Galán se inventa un preciso envío hacia Griezmann a la espalda de la zaga realista y el francés mejora todavía más la acción con un taconazo para Julián Álvarez. El argentino, consciente de que no puede estropear una triangulación casi artística, define a la perfección con un potente disparo con la zurda y adelanta a los suyos a las primeras de cambio.
El gol le sienta de maravilla al conjunto colchonero, intenso en la presión y preciso con la pelota. Vuelve a asociarse la sociedad que fabricó el tanto con una pared entre Galán y Griezmann que acaba con el remate de Julián, aunque en esta ocasión su intento por buscar la escuadra se marcha alto. El francés encuentra de nuevo el desmarque del argentino, que se va al suelo y reclama un toque de Aguerd en el área, pero Díaz de Mera desoye sus quejas.
Superado al chaparrón inicial, la Real aparece en el partido. Su primera ocasión es desbaratada por una doble parada antológica de Oblak. Primero Zubimendi cabecea un saque de esquina puesto en juego por Sergio Gómez, que pilla al esloveno a contrapié, pero este reacciona con un vuelo y una parada como en sus mejores días. La pelota le cae a Aguerd, que de la nada saca un fuerte disparo, repelido por un Oblak rapidísimo de reflejos para sacar su guante derecho.
Superado el cuarto de hora, los de Alguacil se hacen con la posesión y la iniciativa del encuentro, mientras el Atlético se repliega. El balón transita de lado a lado entre camisetas blanquiazules, pero el peligro que generan es mínimo. Las dos pobladas líneas rojiblancas frustran cualquier intento de asociación por dentro y los atinados centrales despejan sin dificultad los centros laterales. Un activo Kubo lo intenta desde la frontal, pero su disparo no hace ni cosquillas a Oblak. No sufren los de Simeone, aunque se olvidan de atacar y se limitan a mantener la ventaja conseguida.
El empuje realista no amaina tras el paso por vestuarios, sino que aumenta porque empiezan a aparecer algunas grietas en la zaga atlética. Pero, conscientes de que deben amenazar, también proponen al contraataque los colchoneros. Un gran pase de Julián encuentra el desmarque de Griezmann, que cambia de banda hacia la llegada de Molina, cuya volea se marcha alta. Sucic visualiza uno de los pocos espacios presentes en la zona interior de la defensa del Atlético y consigue habilitar a Oyarzabal. Cuando se relamía el capitán realista, aparece Galán para rebañarle la pelota y de forma salvadora evitar lo que probablemente hubiera sido el empate.
Los minutos pasan y la Real no deja de intentarlo. Pero la imaginación de los suyos es escasa y la defensa atlética, atenta e intensa. El desborde de Kubo es frenado entre Galán y un sacrificado Griezmann, Sergio Gómez en el lateral se encuentra demasiado retrasado y el talento de Zubimendi no asoma. La parroquia donostiarra se encomienda a que llegue una genialidad. Y esta llega en los últimos minutos. De Paul le regala el esférico a Oyarzabal en la esquina del área, quien se la cede a Sucic, algo más retrasado. El croata, sin pensárselo, golpea de primeras y su disparo vuela directo hacia la escuadra, imparable para Oblak. Un auténtico golazo.
No se conforman con el punto los de Alguacil y el Atlético se sostiene como puede del golpe recibido. Kubo busca un nuevo gol de bandera realista, pero su disparo no encuentra portería. Brais lo intenta sin acierto de cabeza en la última del encuentro. Aunque el botín es el mismo para ambos, la Real se marcha satisfecha por su incesante empeño y los de Simeone ven castigada su racanería al no buscar apenas el segundo gol y la distancia con el líder, el Barcelona, se amplía hasta los siete puntos.