Sin noticias de las multas: tiendas con puertas abiertas y escaparates encendidos desafían la ley
Un aluvión de potenciales clientes camina por la céntrica calle de Fuencarral de Madrid una tarde fría de enero en plena campaña de rebajas. Son las siete y media, ya es de noche, y muchas de las tiendas mantienen abiertas sus puertas. A escasos metros, en la Gran Vía, la escena es igual: apenas una docena de los negocios de la gran arteria comercial de la capital respetan la obligación de mantenerlas cerradas. Esta imagen se repite en Barcelona y Sevilla. Cinco meses después de la aprobación del real decreto de ahorro energético, y moderada la alarma social por la energía, el texto legal ha quedado en el limbo: los comercios lo respetan a medias y las Administraciones no sancionan su incumplimiento. “Por el real decreto del Gobierno vamos a tener que poner una puerta, pero aún no sabemos cuándo la van a colocar”, reconoce la empleada de una tienda de camisetas en la calle San Eloy de Sevilla.
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