Estudiantes y profesores españoles ante las protestas universitarias de EE.UU.
Las protestas en favor de Palestina a lo largo de más de 60 campus de universidades de los Estados Unidos ha afectado tanto a profesores como a alumnos internacionales en sus distintas facultades, en una situación que algunos han tildado de «surrealista».
Una de ellas, Leyre Santos, estudiante de Máster de Política Europea en la Universidad de Columbia y que lleva un año en Nueva York, ha ofrecido para RNE y para el Canal 24h su testimonio sobre lo ocurrido. Reside en la zona que circunvala el campus y confiesa que las protestas le han llegado de lleno: «Hemos observado mucha presencia policial en las últimas semanas, y el acceso a la Universidad solo podía llevarse a cabo, antes de la intervención, por dos controles».
El profesor de periodismo en Columbia, Juan Manuel Benítez, ha sostenido en una entrevista para Radio 5 que esta acción lo que está provocando es «un acercamiento más significativo de la ciudadanía estadounidense hacia Palestina».
La totalidad de las clases han sido suspendidas y traspasadas al formato en línea, una práctica que ha sido copiada por otras instituciones académicas que han tenido sentadas similares a las de Columbia. «Tenemos la sensación de que vivimos en un Estado policial desde hace dos semanas; bajo a mi calle a las ocho a tomarme el café y veo 40 policías», apunta Santos.
Por su parte, Benítez indica que se ha instado a los profesores a no volver a sus despachos ante el riesgo de que se establezca un nuevo campamento en el campus
«No hay agentes infiltrados y las manifestaciones no son violentas»
Según señala la estudiante, tanto antes como después del desalojo de los campamentos improvisados por las fuerzas del orden, la Universidad ha sido vallada, así como las manzanas aledañas. También se han llevado a cabo extensos registros para evitar posibles infiltrados fuera de la universidad.
Respecto a esto, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, señalaba que había «actores externos secundando las protestas».
“No son violentas, más allá de algunos mensajes que hemos llegado a escuchar fuera de la valla“
«No hay forma de que haya gente de fuera porque la Universidad lleva dos semanas cerrada y ha contado con controles constantes», ha explicado Santos. Además, ha desmentido afirmaciones llevadas a cabo por la Policía al señalar que los supuestos agentes externos emplearon candados especiales para encerrarse. «Son los mismos que se pueden adquirir dentro de la universidad», ha aseverado.
«Lo que está claro es que las protestas tomaron una visión diferente cuando un grupo, que fue una escisión del primero, se introdujeron en el edificio Hamilton, lo que llevó a la institución a justificar la entrada de la policía, algo que ya el propio alcalde de Nueva York anunció que llevaría a cabo», apunta el profesor de periodismo.
Por otro lado, Santos ha matizado las palabras del presidente de EE.UU., Joe Biden, quien señalaba que las «protestas universitarias ponen a prueba el derecho a la libertad de expresión y el Estado de derecho» porque «ambos deben ser respetados». «No son violentas, más allá de algunos mensajes que hemos llegado a escuchar fuera de la valla, ajenas a la Universidad», ha comentado la estudiante.
De hecho, ha añadido que, más que las movilizaciones, ha sido la actuación de la institución universitaria y la presencia policial lo que ha alterado su situación académica, a las puertas de una época de exámenes
«Los profesores se niegan a aceptar la presencia policial»
Ante la presencia de sentadas estudiantiles en la Universidad, la presidenta de la institución, Nemat Shafik, pidió la intervención policial por carta indicando que la situación había pasado todos los limites y exigía el fin de la ocupación.
El profesor Benítez señala que el decano de su facultad, Gerard I. Bueno, trató de negociar con la Policía para que tanto los medios movilizados hasta el lugar como los estudiantes pudieran continuar con su actividad sin alterar el orden, lo que, sin embargo, se tradujo en «amenazas de detención».
«No tuvimos acceso periodístico para observar la desocupación del edificio Hamilton [instalación en la que los agentes de policía accedieron con grúas y drones]; si bien pudimos tomar notas y fotos del resto del desalojo del campus», apunta Benítez.
Según Leyre Santos, los profesores han reclamado a la universidad a través de firmas, comunicados y manifestaciones la retirada de los efectivos policiales del campus, algo que, sin embargo, tanto la institución como el alcalde de Nueva York han propuesto que permanezcan, por lo pronto, hasta el próximo 17 de mayo, dos días después de las ceremonias de graduación
«Nemat Shafik se ha referido a nosotros mediante actualizaciones sobre las negociaciones llevadas a cabo con los estudiantes; en la última carta nos ha señalado que usemos este tiempo para descansar y ‘curarnos de esta herida colectiva’, un mensaje vacío«, ha señalado.
«El objetivo es cambiar el apoyo de la política estadounidense hacia Israel»
En un discurso llevado a cabo ante los medios, Joe Biden ha señalado que en los campus del país «no hay lugar para el antisemitismo o cualquier discurso de odio», en clara alusión a las protestas que estudiantiles en favor de Palestina.
«Aquí hay mucha gente joven que inicialmente no participaban en las protestas, pero que, a raíz del poco apoyo recibido de la Universidad y de las instituciones, han comenzado a unirse a los manifestantes«, ha puntualizado Santos. Aunque ha confesado que desconoce el alcance real de las declaraciones de Biden en la juventud, sí ha señalado que entre algunos de sus compañeros «ya ha pasado factura».
Para Benítez, las reivindicaciones estudiantiles buscan que la principal dotación financiera de las universidades deje de proceder de fondos conectados con Israel o que se estén beneficiando con la guerra en Gaza. «Sin embargo, ahora tiene un espíritu que busca cambiar el apoyo incondicional de la política tradicional de Washington hacia Israel«, ha indicado.
El profesor sostiene que el objetivo de las protestas es que se «dilaten en el tiempo hasta verano en Chicago, donde tiene lugar la convención demócrata, y así dañen de muerte a Joe Biden».